La confusión entre la ley y la gracia
   Hacen una de las mayores confusiones con la Biblia, entre el viejo y el nuevo testamento.
    Unos tropiezan por ignorancia, y otros hacen confusión a propósito, agarrando parte de los interesa del nuevo y tomando lo que les conviene del viejo. Un poco están en la gracia, otro poco vuelven a la ley.
   Con eso, las personas descreyeron en la Biblia y también no creen y no temen a Dios.
    Y no entiende al Dios de la guerra, el Señor de los ejércitos que puso la ley: “ojo por ojo, diente por diente”, cielo o infierno, bendición o maldición.
    Todo aquí, el padre severo que cobra todo, lo que hizo aquí tiene que pagar aquí, con enfermedad, sequia, peste, hambre y muerte.
    El mal que el padre hacia, los hijos tenían que ayudar a pagar hasta la 3ª y 4ª generaciones.
     Vivian en un tiempo sin perdón.
    Pero vino el tiempo de gracia, el hijo de amor, que trajo la oportunidad del arrepentimiento y del perdón.
La promesa de la resurrección a la vida

eterna en el cielo, o el castigo en el infierno.
     En el comienzo de su ministerio, en el sermón del monte, Jesús habla del fin de la violencia, del castigo aquí para los malos, y las bendiciones aquí para los buenos (solo pagamos aquí las consecuencias de nuestros actos, quien planta poco, cosecha poco, como quien ama la violencia, puede ser muerto por ella aquí, pero el pecado lo va a ajustar con Dios). Mt. 5:
43- Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo.
44- Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
45- Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos. (Sin distinción)
   Para entender la educación del Dios de la Biblia, en varias apocas, tenemos que comparar con la educación de un niño hasta llegar a ser un hombre maduro.
  El niño que no sabe definir el mal del bien, el peligro, la enfermedad y la muerte, para