Abreviaturas
“CARNERO” X ‘Cabrío’
Los Cuatro Caballos y Caballeros del Apocalipsis.
El Caos de las Religiones y La Purificacion de la Iglesia
El Mayor Enemigo de la Humanidad
Las Siete Iglesias Profeticas del Apocalipsis
Plan Perfecto de Dios para la Iglesia
Numerologia Biblica
Atalaya Doctrina
Bautismo y Cena
Trinidad
Diezmo
El ministerio femenino
Los
2 animales de 7 cabezas y 10 cuernos
1°,
2º y 3º atalaya
Los Excluídos del Mundo
Dedicatória
La Razon Por qué Escibí |
es una anarquía. La Biblia es la constitución de Dios.
Para todas las personas del mundo.
No tiene sentido que el haya creado el mundo y el hombre y soltarlo en el mundo sin ley. ¿Cómo sería si un padre hiciera eso con su hijo?
La educación se un niño tiene varias fajas de edad. Así Dios comenzó a hablar a Adán, Noé, Abraham, y Moisés Dio la ley, ojo por ojo, diente por diente, bendición o maldición, riquezas o pobrezas, o el cielo o el infierno era aquí. Dependía del cumplimiento de la Ley.
Aquí está el gran problema de aceptar un cordero que dio ejemplo de vida y promete el cielo solo después de la muerte. Dios comenzó a cobrar el cumplimiento de las leyes a través de los profetas, como confirma Hebreos 1-
1- DIOS, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo á los padres por los profetas,
2- En estos prostreros días nos ha hablado por el Hijo, al cual constituyó heredero de
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todo, por el cual asimismo hizo el universo.Jesús coloca que la palabra era del padre y que ella es que iría juzgar. Juan. 12-
48- El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
49- Porque yo no he hablado de mí mismo; mas el Padre que me envió, él me dió mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
Y en Juan 8:
32- Y conoceréis la verdad, y la verdad os libertará.
Y dice en la oración por nosotros: Juan 17:
17- Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad.
18- Como tú me enviaste al mundo, también los he enviado al mundo.
19- Y por ellos yo me santifico á mí mismo, para que también ellos sean santificados en verdad.
20- Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. |