Una de las cosas que la Iglesia Metodista está furiosa con nosotros es que en un concilio querían demoler el templo central y dar a una constructora para que construya un edificio de 20 pisos y la Iglesia recibiría cuatro pisos para alquilar, como ya lo hace con el edificio de atrás. Fuimos contra con ocho miembros de la Congregación Santa Marta y fueron trece votos a doce, ganamos por un voto, y ganamos una guerra, pues la Iglesia no es una empresa, y en el país ella esta como una Institución Filantrópica, sin fines de lucro y es exenta de impuestos, pero lo que se ve es una empresa con muchas ganas de ganar.
Unas nacionales y otras multinacionales, con exención de impuestos y libre comercio, y muchas donaciones hasta de los gobiernos, enriquecimiento ilícito y ganancias abusivas son crímenes.
¿Donde está la fiscalización para verificar todo eso?
Estoy seguro que sucedería lo mismo que |
en el Colegio IE (Instituto Educacional Metodista), que de 1990 a 1996, vendieron la chacra (al pobre no le dieron ni siquiera un terreno) y los terrenos de la donación del municipio y otras cosas más. Y todavía “quebraron” el colegio con un millón de dólares de deuda (mataron a la gallina de los huevos de oro) y cuando quisieron hacer una auditoría interna para ver a donde fue el dinero, la tesorería se incendió una noche antes.
¡Es una vergüenza! Cuantos religiosos profesionales se ponen como intermediarios y reciben donaciones de todos los lados y hacen un pastel, y a la hora de repartir el pobre se queda solo con las migajas.
Las instituciones sociales son para que la Iglesia lave su conciencia, que ayudan al pobre y son un centro de empleos, aumentan su patrimonio, prohíben limosnas en las esquinas. Se ponen como intermediarios con un buen sueldo y tocan la trompeta para aparecer con el dinero de otros. |