Abreviaturas
“CARNERO” X ‘Cabrío’
Los Cuatro Caballos y Caballeros del Apocalipsis.
El Caos de las Religiones y La Purificacion de la Iglesia
El Mayor Enemigo de la Humanidad
Las Siete Iglesias Profeticas del Apocalipsis
Plan Perfecto de Dios para la Iglesia
Numerologia Biblica
Atalaya Doctrina
Bautismo y Cena
Trinidad
Diezmo
El ministerio femenino
Los
2 animales de 7 cabezas y 10 cuernos
1°,
2º y 3º atalaya
Los Excluídos del Mundo
Dedicatória
La Razon Por qué Escibí |
El bautismo con agua, o con espíritu ya dice todo, que no se hunde. El bautizo con el espíritu, necesita de alguien que bautice, ya el bautizo en espíritu, no necesitaría de nadie.
Es ahí que los de la trinidad intentan negar al Cristo, el hijo que vino bautizando, con el Espíritu Santo del Padre.
Juan Bautista dio dos testimonios claros. Solo en estos dos textos, deshace esa falsa doctrina, de la inmersión y de la trinidad. En Juan 1.32 a 34:
32- Y Juan dió testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y reposó sobre él.
33- Y yo no le conocía; mas el que me envió á bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien vieres descender el Espíritu, y que reposa sobre él, éste es el que bautiza con Espíritu Santo.
34- Y yo le vi, y he dado testimonio que éste es el Hijo de Dios.
Juan específica bien el Padre y el Hijo.
Y en Lucas 3:
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16- Respondió Juan, diciendo á todos: Yo, á la verdad, os bautizo en agua; mas viene quien es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de sus zapatos: él os bautizará en Espíritu Santo y fuego;
Ese no tiene ni agua para hundir.
Bautismo con agua es solo un símbolo, porque mismo que agarremos una esponja con jabón, y se lavase bien, limpiaría solo el exterior.
Ya el bautismo de Cristo (del espíritu, fuego) limpia el interior, como el fuego, en el oro y en la plata, purifica todo, por dentro y por fuera, si no, queda todo como sepulcro calado por fuera. En 1º Pedro 3- 20-21, esclarece, el significado del bautismo, que Noé y su familia fue salva a través del agua del Diluvio.
21- A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesucristo: (como nacer de nuevo).
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